La cirugía nerviosa periférica,
esto es el tratamiento quirúrgico de las
lesiones que afectan el sistema nervioso periférico,
que incluye todas las vías de conducción
nerviosa que llevan los estímulos que nos
permite ejecutar el movimiento de toda la musculatura
del cuerpo humano, como asi tambien recibir a traves
de ellos toda la informacion por la fibras sensitivas
que lo componen, de calor, frio, dolor, y posición
de nuestro cuerpo en el espacio. La cirugía
nerviosa periférica en su estadio actual
es poco y mal conocida tanto por la mayoría
de la comunidad médica, como de los pacientes
con lesiones de estas estructuras.
Esto es así porque hasta no hace muchos
años esta cirugía se limitaba solamente
a la unión de nervios seccionados, y aún
así con resultados pobres, lo que llevó a
los colegas a un lógico escepticismo, y como
receptores de pacientes con estos problemas no tenían
nada o muy poco que sugerir a estos enfermos.
Ya en en 1867 Hueter realizó la primera
unión de dos nervios seccionados y estableció,
por decirlo de alguna manera la técnica de
esta cirugía, que continuó casi sin
ningún cambio por el término de cien
años, pese a adelantos técnicos en
instrumental, utilización de lupas y microscopio,
la asepsia, los antibióticos, y el penoso
y enorme número de pacientes con estas lesiones
que produjeron las dos guerras mundiales que desvastaron
el mundo en el siglo XX.
Recién en la década de 1970 a 1980,
de la mano de gigantes como lo fueron Ezio Morelli (Italia), Algimantas
Narakas (Suiza), Hanno
Millesi (Austria), Madgid Samii (Alemania), se descubren y comienzan a
utilizarse los injertos nerviosos, o injertos de
nervio del mismo paciente para remplazar los lesionados
o faltantes, lo que cambia radicalmente el resultado
y el pronóstico de estas lesiones y se comienzan
a intentar cirugías impensables pocos años
atrás con resultados sorprendentes, lo que
supuso para infinidad de pacientes la diferencia
entre una vida plena o ser un inválido de por vida.
El autor de estas líneas ha tenido el privilegio de trabajar con estos gigantes de la cirugía nerviosa por un largo período y comprobar sus excelentes resultados e introducir todas estas técnicas en Argentina y todo el continente y ver con enorme satisfacción el entusiasmo y resultado de muchos de sus discípulos.
También ha comprobado toda esta evolución
y se ha alarmado por el desconocimiento de los colegas en general, y mas aún
de los pacientes portadores de estas lesiones.
En general con síntomas o signos de cualquier
tipo, todos sabemos a quien dirigirnos y las más
de las veces, colegas capaces e idóneos solucionan
nuestros problemas, pero no ocurre lo mismo con
un paciente portador de una lesión del sistema
nervioso periférico: sea una parálisis
de un pie, una mano o un brazo: ¿a quién
acude?: en general lo hace a su médico de
familia o de confianza quien la mayoría de
las veces, y con la mejor voluntad conoce poco y
mal este tema como para guiarlo a una solución
eficaz.
El autor espera que estas líneas sirvan para
todos los pacientes portadores de lesiones de este
tipo, y que son muchos mas de lo que se conoce,
o se cree , logren su curación o por lo menos
accedan a los beneficios que en el 2016 se pueden
lograr en manos expertas y con las técnicas
actuales, esto es ofrecerles un tratamiento científico,
útil y actualizado.